martes, 8 de abril de 2014

Alcuino de York. Exposición de los salmos penitenciales.



"Señor, abrirás mi labios y mi boca proclamará tu alabanza. Los labios del Profeta habían sido cerrados a causa del pecado; se proclaman abiertos por el beneficio de la absolución. Se dice también que la boca es el secreto del corazón, de donde surge la alabanza divina. Afirma, pues, que por este mérito, después de la absolución del pecado, se le deberán abrir los labios, y su boca podrá elogiar y anunciar la alabanza en la que ha sido recreado".

Los monjes glosan. La palabra resplandece, pura.


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