domingo, 9 de marzo de 2014

Jean de Fécamp. Libellus Precum.



"Y porque es más preciosa a tu mirada la oblación del corazón, he aquí que te presento de grado y contento, por el don de tu misericordia, mis ofrendas de alabanza con fe no fingida y con conciencia pura" (Libellus Precum).


¿Es posible aún no fingir una conciencia pura? ¿Es posible trascender la mirada panóptica de una sociedad digital? ¿Dónde la santa simplicidad de una ofrenda contemplativa? En la pura esperanza, ¿permanece fiel el corazón?



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